En 2023, se planteó que dos de los consorcios aceptados inicialmente podrían estar vinculados a través de una misma empresa matriz china —lo que violaría los criterios de unicidad de oferentes del proceso del BID—. El BID exigió que antes de seguir con la licitación se comprobara la ausencia de influencias cruzadas. Tras analizar las propuestas de solución, tanto la banca financiadora como la Empresa Metro concluyeron que los oferentes conflictivos no habían cumplido con lo exigido. Por ello, en octubre de 2024 se descartaron dos grupos y el proceso continuó con las dos compañías que cumplieron con el estándar de independencia requerido. Las nuevas etapas —presentación de ofertas, evaluación, y adjudicación— siguen en marcha para abril de 2025, avanzando conforme a las normas internacionales de transparencia.
